Cuando estoy charlando con mis asesorados, me gusta iniciar la plática conociendo cuáles son sus metas que involucren dinero (que yo creo que son prácticamente todas). Para mí, es una buena forma de conocer a esa persona a través de sus sueños y ambiciones, pero si tuviera que decir cuáles son las que más se repiten o las más frecuentes para los millenials diría que son La Santa Trinidad: Viajes, Autos y Casas.

Es completamente normal querer mejorar nuestro estilo de vida, pero la mayoría de los casos no somos conscientes del torbellino de nuestro día a día que hace que no sean sólo 3 metas a trabajar, sino que las tareas a cumplir también se vayan sumando a la lista y nuestro tiempo, energía y recursos se vayan dispersando. Aunado a esto, el torbellino no nos deja mirar a futuro (me refiero a más de 10 años), por lo tanto nuestra atención se centra en las metas que están más próximas y vamos postergando a las más lejanas: como nuestro retiro.

Esto es un gran error financiero pues aquí sí aplica la dichosa frase de “el tiempo es oro”. Es lo que en el mundo de las finanzas conocemos como interés compuesto: El término financiero más importante que necesitas conocer

Una forma de hacer que el torbellino no nos afecte tanto es sabiendo como priorizar correctamente.

La técnica de malabarear tus prioridades

"La clave de los malabares es saber que algunas de las bolas que tienes en el aire son de plástico y otras de cristal. Y si se te cae una bola de plástico, rebota, no pasa nada. Si se te cae una bola de cristal, se hace añicos, así que tienes que saber qué bolas son de cristal y cuáles de plástico y dar prioridad a escoger las de cristal" - Nora Roberts.

A simple vista esta analogía podría ser simplista y asumirse fácilmente que una bola de cristal es nuestra familia y la de plástico podría ser el trabajo, pero no estamos hablando de solo dos bolas generales sino de más de 50. Hay bolas separadas para todo lo que entra en cada una de esas categorías, por ejemplo, en la categoría de familia podríamos tener los eventos de escuela de nuestros hijos, la cartulina que tenemos que comprar a las 10 de la noche porque se le olvidó avisarnos temprano o los torneos que tengan en el deporte que estén practicando.

No es posible mantener todas las bolas en el aire al mismo tiempo, todo el tiempo

En lugar de centrarse en las categorías generales de trabajo y familia y otras mas, debemos considerar toda la lista de actividades que conllevan y determinar cuáles son de plástico y cuáles son de cristal.

Esto podría ser engañoso especialmente si sientes que todas merecen de tu atención, pero tienes que ser muy honesto contigo mismo y decidir cuáles bolas pueden rebotar y cuáles de plano se harán añicos.

Para esto, podríamos tomar en cuenta 2 aspectos fundamentales para saber priorizar:

1. La mejor inversión está en uno mismo

La mayor parte de las decisiones que tomamos, las hacemos pensando en no afectar a los que nos importan, lo que podría ponernos en segundo lugar. Pero nuestra máxima prioridad debería de ser en nosotros mismos. Podría sonar egoísta pero piénsalo de esta forma: si yo dedico una parte de mis ingresos para mi fondo de retiro, eso podría verse como que estoy limitando otras áreas de mi vida en mi presente, pero a largo plazo eso podría traducirse como que me estoy haciendo cargo de mí mismo para que mi familia no me tenga que mantener cuando yo ya no pueda trabajar y ellos puedan crear su propio rumbo sin verse afectados por mis decisiones.

Por ahí escuché en un tiktok que resonó mucho conmigo:

“Todo lo que hagas de hoy en adelante, se lo tienes que hacer más fácil a tu YO del futuro”. - Natasha - Nómada digital.

2. Decide qué bolas dejar caer POR AHORA

No te sientas mal si no puedes mantener todas tus bolas en el aire, esto no significa necesariamente que no puedas retomarlo más adelante. Lo importante es pensar en que cada no puede ser un ahora no.

Si no estás en el mejor momento para continuar dedicando tu atención a algo y eso en vez de estarte aportando algo positivo, te está drenando, no pasa nada, puedes cambiar de opinión y echar para atrás ese compromiso y retomar lo que dejaste hace tiempo pero ahora con energía renovada y sintiéndote mucho mejor.

Uno de los principales temores en que las personas no se atreven a retractarse o a decir que no es pensar que a futuro ya no nos querrán ahí. Pero vas a ver que dedicando ese tiempo hacia nuestra introspección y mejora, será mucho más claro saber qué camino tomar y si ese camino es diferente al de nuestro presente es mejor arriesgarnos que quedarnos con la duda.

‍

‍

A todos nos gustaría cumplir absolutamente todo lo que nos propongamos pero va a ser muy agotador poder mantener esta energía y podríamos llegar al famoso “burnout”.

Esto será un ejercicio de reflexión y honestidad, donde lo mas relevante es lo que nosotros queramos para nuestro futuro y no lo que los otros estén esperando que hagamos.

Haz lo que necesites para concentrarte en esas bolas de cristal.

‍

‍